Estragegias, Marketing y Branding Politico

Macri sin pan, Fernandez sin vino. Las posibilidades del tercero


Las elecciones presidenciales de Argentina en 2019 son peculiares.  Argentina es un país particular.

En febrero de 2019 tres eran las alternativas más fuertes; la del Kirchnerismo puro, la del actual Gobierno y una tercera que aglomeraba a una liga de 4 figuras del pasado. En ese marco, las dos primeras fuerzas reunir cerca del 30% de la intención de voto cada una, mientras que la tercera estaba entre un 10 y 20%. En ese entonces, entre el 30 y 40% de la intención de voto no estaba definida.
La historia nos cuenta que esa tercera fuerza no prosperó en su unión. Uno paso a integrar la formula presencial del gobierno actual, otro, tras una negociación con gusto agrio, paso al Kirchnerismo.

En ese contexto, la fórmula propuesta por el Kirchnerismo dejo a la expresidenta, que ya contaba con un 30% de intención por si sola, como candidata a la vicepresidencia, y como figura prinicipal a un exfuncionario de los primeros dos gobiernos.

La polarización duál, que fue buscada por el Macrismo durante todo su gobierno, fue profundizada, dejando a la tercera alternativa relegada a un tercer lugar.

En términos de imagen, la situación parece clara. El Macrismo se planteó en 2015 como una opción que resolvería la economía argentina rápidamente, y que tendría un desafío más político, en tanto parecian demasiado "institucionales" para un país  como el nuestro. La situación fué otra. En términos politicos, la institucionalidad no estuvo presente; y en términos economicos el manejo fue desastroso. Sin embargo (en términos de imagen) el macrismo no se presenta como corrupto, más bien como inútil.

Por otro lado, el Kirchnerismo, que en su momento fue muy criticado sus medidas economicas, se recontruye como la altertnativa que mejora la economia, simplemente por el hecho de que durante sus gestiones la población tenia un mayor poder de consumo. En términos de imagen, este gobierno se presenta como con un alto nivel de corrupción.

Uno con el pan, pero sin el vino. El otro con el vino, pero sin el pan. Uno no parece corrupto, pero es inutil. El otro parece útil, pero es corrupto.

En las elecciones primarias de agosto de 2019, el Kircherismo cosecho cerca del 50% de los votos, el Macrismo el 32, mientras que la tercera posicion el 8%. Otros candidatos que delinean su discurso sobre aspectos economicos, cerca del 5%.

La comparación con febrero, indica que sólo el Kircherismo aumentó la intención de voto.
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Branding, el componente olvidado en las Elecciones Argentinas Presidenciales 2015

Las campañas electorales en Argentina, en lo que va de 2015, han demostrado tener una importante carga de Marketing Político. Coherentes con las modalidades de comunicación del siglo XXI, dicen no responder a ideológicas y hacen una apelación directa a lo emocional. Sin embargo, todas las estrategias parecen dirimirse en este plano, y la identidad propiamente política del candidato se diluye. ¿Puede una campaña fáctica generar un golpe de efecto en los votantes?

En Argentina la mayoría de las encuestas presentan a Mauricio Macri (Cambiemos), Daniel Scioli (FPV); Sergio Massa (Frente Renovador) como principales candidatos. Si bien hay muchos otros que pueden dar “El batacazzo” los tres principales adversarios tienen un componente común: la apelación continua y directa a lo emocional, la omisión –en piezas de campaña- de las propuestas concretas y como corolario: la permanente creación y permanencia de “Componentes Vacios”.

Los tres candidatos presentan Spots de campaña muy cuidados en términos estéticos, sin embargo aquí mencionamos el olvido del Branding.

  Mauricio Macri


Daniel Scioli


Sergio Massa


¿A qué se debe mencionar el olvido del Branding?

Uno de los principios básicos del branding es el de “marcar”, generar una identidad que por defecto deberá estar diferenciada del resto de los candidatos. Sin embargo, en el afán por llegar desde el enfoque sentimental al destinatario, se pierde la identidad política que los distingue. Es en este sentido, que los tres principales candidatos pasan a tener un punto demasiado grande en ´común: la apelación constante a lo sentimental.

Carl Schmitt hablaba del adversario político como un aspecto inherente a lo político; más que una opción de campaña, un componente necesario para que un elemento adquiera sustancia ideológica. La figura del adversario, no se encarna necesariamente en un candidato, sino en la oposición a una posición. Una postura, implica, inevitablemente, la negación de otra. Encierra en sí misma esa negación, que la hace al mismo tiempo “ser”, “existir”. Cuando no se utiliza esta figura, o cuando se la utiliza bajo lupas efímeras ¿Qué es lo que queda como componente político?

Quizás, en este sentido, y dejando para otro artículo los motivos, el que más se diferencia en este aspecto es Sergio Massa, quien en sus presentaciones brinda ideas concretas y “tangibles” sobre su posible accionar llegado al Gobierno. Este tipo de estrategia, más bien característica de los últimos 30 años, ha desaparecido de la escena principal, es un descuido peligroso que en el afán de profundizar el caudal de votos, puede fácilmente generar volatilidad en el mismo, ya que los principales argumentos se basan en no tangibles.
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La inflación, un adversario inesperado para los candidatos

Los costos para la campaña de las primarias registran un fuerte aumento respecto de las elecciones de 2011; quiénes son los más perjudicados
La inflación golpea a los candidatos de Cristina Kirchner y de Mauricio Macri en la Capital. También impacta en el conurbano y lo sufre el bolsillo de Sergio Massa. Francisco De Narváez, Elisa Carrió y Ricardo Alfonsín deben invertir más dinero que en comicios anteriores para seguir en sus bancas. Pero más agobiados por los costos de campaña se sienten los partidos con menos representación, que utilizan variados artilugios para difundir sus propuestas de forma más gasolera. Los precios de una campaña para las próximas elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), previstas para el 11 de agosto, y las legislativas del 27 de octubre no están congelados y se convierten en un adversario inesperado para algunos postulantes. "Nos mata", reconoció a este medio Alejandro Bodart (Movimiento Socialista de los Trabajadores). "Es imposible competir con la propaganda oficialista. Lo nuestro se hace todo a pulmón. Por eso vale tanto cada voto que conseguimos", comentó el legislador porteño, que competirá en la ciudad como candidato a senador en el frente Nueva Izquierda.

GUERRA DE AFICHES

La batalla por el voto empieza en las calles. En épocas electorales, los candidatos invierten millones de pesos en afiches, pancartas, folletos, encuestas y actos de lanzamiento. LA NACION comparó los precios de una lista de siete "infaltables" proselitistas con el costo que tenían en los comicios de 2011.

"Se siguen encareciendo todos los mecanismos para que los partidos de abajo podamos acceder a las elecciones de la misma manera que se volvió más cara la vida para las amplias mayorías y eso nos genera dificultades", cuenta Manuela Castañeira, que encabeza la lista de candidatos a diputados nacionales de Nuevo Más.

A dos meses de las PASO, que definirán los representantes de diputados y senadores que competirán en octubre, la ciudad amanece cada día empapelada con las propuestas de los postulantes, a pesar de que la ley establece que el 12 de julio comienza formalmente la campaña. "Ella o vos", desafía De Narváez en una afiche rojo con letras blancas. "Etiquetate en el socialismo", propone Roy Cortina (PS-FAP) en tono juvenil, en plena calle Corrientes.

La mayoría de los partidos contrata empresas privadas que se dedican al diseño e impresión de afiches. El costo de 5000 carteles, de 109 por 148 centímetros, para utilizar en carapantallas en la vía pública es de 11.200 pesos. En 2011, la misma cantidad de unidades costaba 7500.

Una vez que el material está impreso, el Frente para la Victoria, la UCR y el Pro, entre otros, suelen contratar personal para pegar los afiches y realizar pintadas en distintos puntos de la ciudad y del conurbano. En cambio, los partidos con menos recursos apelan a una fórmula más económica, cuyo ingrediente principal es el fervor militante. Los jóvenes, en general estudiantes universitarios, participan en las tres etapas del proceso propagandístico: diseño, elaboración y pegatina de carteles. "Todos vivimos de nuestros trabajos y no de la política como pasa en otras estructuras. Muchos militantes salen de trabajar y se quedan pegando afiches hasta las tres de la mañana", aseguró el candidato a diputado nacional Itai Hagman (Marea Popular), que apuesta a una campaña "austera". Para recaudar fondos -no reciben aportes de empresas por "cuestiones ideológicas"-, organizan fiestas y peñas para jóvenes de universidades y colegios.

LO MÁS CARO

Una de las herramientas más costosas de la campaña, junto con los spots televisivos, es el alquiler de espacios en la vía pública para exhibir afiches con el rostro del postulante, acompañado por una frase-latiguillo. "Para las listas de los trabajadores es imposible porque cuesta miles y miles de pesos. Nuestro dinero cotidiano también va para apoyar luchas y causas, no sólo para poner carteles en las avenidas", remarcó Castañeira.

Según el tarifario de una empresa del sector, el costo de alquiler de un circuito de 400 carapantallas por un plazo de tres o cuatro días en la Capital es de 102.500 pesos, un 89 % más caro que en 2011. Colocar un afiche en los refugios de los colectivos de la provincia de Buenos Aires cuesta unos $ 4400 por un mes. Hace dos años, tenían un valor de $ 3700. En tanto, el alquiler durante 30 días de un front light en la intersección de grandes avenidas, asciende a 21600 pesos.

En un sábado del corriente mes, el frío hace doler las manos en la esquina de Acoyte y Rivadavia, en Caballito. Un puñado de militantes carga caballetes, pancartas, folletos y banderas de Itai Hagman (Marea Popular). Montan una mesa frente al local de Havanna y comienzan a dialogar con los vecinos. "Como la publicidad en la vía pública es carísima, tratamos de tener mucha presencia en la calle de otra manera. Repartimos folletos y hablamos con la gente", contó Hagman, cuya fuerza instala 150 mesas todos los fines de semana en distintos puntos de la ciudad.

La utilización de las redes sociales es otra forma de impulsar una candidatura y difundir una propuesta de forma más económica. "Son muy útiles para difundir nuestras ideas, sobre todo en los jóvenes", apunta Castañeira.

SHOWTIME

El costo del alquiler de escenarios, equipos de sonido, iluminación y baños químicos, que se utilizan para cualquier acto de lanzamiento de un candidato, también registró un fuerte aumento respecto de los últimos comicios. Una plataforma de 15 metros de largo por 10 de fondo, similar a la que utilizó Hugo Moyano en la Avenida 9 de Julio en 2011, tiene un costo de 24125 pesos. En 2011, se conseguía por unos $ 17.500. En tanto, una más chica, de 6 por 4, tiene un valor de 4180 pesos, mientras que su alquiler hace dos años costaba $ 2600.

Otra misión costosa es vestir el escenario. Contratar un equipo de sonido -incluye micrófonos, parlantes, monitores, cables, soportes y operadores- tiene un costo de $ 11.440. También se necesita de torres elevadoras, faroles, puentes, cabezales y consolas para la iluminación que cuestan en total $15.639. Según informó la empresa consultada, los precios de sonido e iluminación aumentaron entre un 40 y 50 por ciento respecto de 2011.

Toda movilización partidaria que cierre con un acto en un lugar público, como la Plaza de Mayo, requiere, además, el alquiler de baños químicos portátiles para los miles de militantes que asisten a la convocatoria. Diez unidades cuestan 7132 pesos, incluye el flete para el traslado y el personal de mantenimiento. Hace dos años, su cotización era de 4683.

Si el acto no se realiza en un lugar público, es necesario buscar una locación. Puede ser un hotel, un teatro o un sitio emblemático para el partido. En 2011, Cristina Kirchner presentó a Daniel Filmus como candidato a jefe de gobierno porteño del kirchnerismo en el Teatro AD / Ateneo, ubicado en pleno centro porteño. Con 742 butacas y 11 camarines, costaba en 2011 unos 9500 pesos. Dos años después, aunque ya no se utiliza para eventos políticos, el alquiler del teatro sale 16.500.

El partido Nuevo Más hizo una puesta en escena más austera. Presentó días atrás a sus candidatos, que pelearán por alcanzar el piso de 1,5 por ciento de los votos que necesitan los partidos para competir en las legislativas de octubre, en un pequeño salón del Hotel Bauen, ubicado sobre la avenida Callao. Unas veinte personas, militantes y periodistas, asistieron al lanzamiento. Hubo banderas con consignas contra la Presidenta ("Que Cristina no te meta la mano en el bolsillo") y se escucharon críticas contra la alianza de centroizquierda que conformaron la Coalición Cívica, la UCR, Proyecto Sur y Libres del Sur. "Si hubiese un acceso igualitario para todos en los medios entonces podríamos hablar de una elección democrática. Nos hacen creer que priman las ideas de los partidos más importantes, pero en realidad lo que está primando es el dinero para hacer campañas", se lamentó Castañeira.

APORTES DE CAMPAÑA

Cada año electoral, los partidos políticos reciben del Estado un porcentaje de los aportes de campaña. Un 30 % de lo asignado por la Ley de Presupuesto, este año asciende a $ 24.171.440 , se reparte en forma igualitaria a todas las listas presentadas. El otro 70 % "en forma proporcional a la cantidad de votos" que cada fuerza obtuvo en la última elección de diputados nacionales. "Sólo participarán en esta distribución los partidos que acrediten haber obtenido al menos un número de sufragios equivalente al uno por ciento (1%) del padrón electoral", establece el artículo 36 de la ley 26215 de financiamiento de los partidos políticos.

Fuente: La Nación
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