Macri optó por la pelea: Tiene más para ganar que para perder

Se decidió a hacer política y enfrentar a Kirchner, olvidándose de los consejos de Durán Barba de limitarse a mostrar sólo gestión. Pero le faltan cuadros y tiene los medios en contra.

El marketing político tiene sus límites. Eso lo comprendió a tiempo Mauricio Macri que estaba recibiendo una tunda durísima por el caso del espía Ciro James y no acertaba con una defensa efectiva. Pero reaccionó a tiempo, acusó al gobierno de haberle montado una trampa y retomó la ofensiva pidiendo su propio juicio político.

Abandonó el perfil de "gestión" con el que sus asesores de imagen lo obsesionaron y que, supuestamente, es lo que la gente quiere de la nueva dirigencia.

La decisión tiene ventajas e inconvenientes. Entre las primeras, que dejó de recibir golpes y empezó a darlos. Prueba de ello la reacción de la presidenta. Después de un prudente silencio -los Kirchner siempre se refugian en el silencio cuando reciben alguna sorpresa desagradable- hace 48 horas Cristina Fernández reclamó calidad
institucional, debate democrático y plural y propuestas.

Lo dijo la jefa de Aníbal Fernández (famoso por sus aportes a la calidad del debate democrático) con el ánimo de dejar fuera de distancia a un adversario que bajó al barro resuelto a jugarse a todo o nada.

En segundo lugar, al pedir el juicio político, la suerte de Macri pasó a estar en sus manos y no en las de Oyarbide o en las de un Poder Judicial poco confiable. No hizo caso de los consejos de Montenegro que zafó del procesamiento, pero que nunca acertó con lo que iban a hacer los jueces y que le prestó flacos servicios a su jefe político. Ir al tribunal de casación hubiese constituido otro error. Quizás el último.

El tercer beneficio es que se puso automáticamente al frente de la oposición. El resto de la dirigencia anti-K había hecho causa común el kirchnerismo para demolerlo en el circo mediático de una "comisión
investigadora".

La izquierda ultra, el radicalismo y la Coalición Cívica quedaron al final patéticamente desubicados. Hubo quienes pidieron juicio político para Macri y cuando él resolvió llevarlo adelante votaron para postergarlo. Otro papelón.

Elisa Carrió también quedó desairada. Quiere colocar en el gobierno de la ciudad a su diputado Adrián Pérez y salió a fustigar al jefe de gobierno en el momento menos oportuno. La líder de la Coalición Cívica se ha autodesignado gran electora de la oposición.

Fulminó a Julio Cobos y ahora cuestiona a Ricardo Alfonsín por haber participado de un acto con Cristina Fernández. Pero con Macri se apresuró y debe resignarse a ver como atrae buena parte del 70% de voluntades que espera el año próximo votar contra los Kirchner.

El principal peligro del juicio político es, entretanto, que no tiene salida intermedia. Lo catapulta a la presidencia de la Nación o lo obliga al retiro. Bajo esas circunstancias resulta favorable a Macri que el supuesto delito -"pinchaduras" telefónicas- parece ridículo en un país donde el grueso de la dirigencia se sabe observada. La
acusación de asociación ilícita resulta, por otra parte, no menos insostenible. Tampoco parece fácil probar una conspiración Macri-James.

Otra dificultad es la falta de cuadros políticos propios. El círculo aúlico del jefe de gobierno está formado por profesionales, empresarios, dirigentes de otros partidos, políticos debutantes y amigos. Una linda foto para la "nueva política", pero un problema a la hora de la pelea cuerpo a cuerpo.

Una de las excepciones es Federico Pinedo, dirigente fogueado y sensato, pero es un "periférico", está
prácticamente sólo y en el Congreso.

En síntesis, para Mauricio Macri llegó la hora de la verdad. Tiene una buena base de lanzamiento -la ciudad de Buenos Aires-, se colocó a la cabeza de la oposición y no es Carlos Reutemann, está dispuesto a dar batalla.

El problema es que el gobierno tiene tiempo y recursos para desgastarlo. Macri, además, carece de estructura política. Tal vez por eso los peronistas disidentes -Duhalde, Solá, De Narváez- fueron prudentes a la hora de opinar sobre él.