Ganar las elecciones por la cara bonita

En todos los partidos hay un yuppie desnortado que se cree que las elecciones se pueden ganar con un poco de bótox y una corbata de colores. Y por eso se inflan a dar lecciones sobre márketing político en las que nunca logran explicar por qué llegaron tan alto Pujol, Fraga, Fernández de la Vega, Ibarretxe, Cándido Méndez, Calvo Sotelo, Rita Barberá, Aznar o Rubalcaba. A mí, en cambio, me pasa lo contrario, y, al creer que las elecciones se ganan con autoridad y buenos discursos, jamás les pude explicar a mis alumnos por qué llegaron a la cima Arenas, Bibiana Aído, Zaplana, Carmen Calvo, Ricardo Costa, Dolores de Cospedal o Camps.

A Mariano Rajoy acaban de aconsejarle que, con el fin de llegar a la Moncloa, se afeite y se arregle la cara, e incluso le enseñaron una foto robot de cómo podrían dejarle si se pone, sin reservas, en manos de los expertos. Y cuentan las crónicas que mi amigo Mariano puso cara de espanto y, señalándose a sí mismo, le espetó al yuppie : «A mí me gusta este». Claro que los expertos nunca se rinden, y siempre llevan en la cartera un artículo publicado en Estados Unidos que demuestra que Obama ganó las elecciones porque llevaba los zapatos limpios, o que John Kerry las perdió porque al hablar de la guerra de Irak le sudaban las manos. Pero Rajoy no se amilanó, y, tras aceptar que tiene una imagen de «señor antiguo», no dudó en afirmar que «aquí ya nos conocemos todos», y que, si lo obligan a escoger entre la Moncloa y el bótox, prefiere seguir siendo «un señor de Pontevedra».

Fraga hubiese terminado la frase con un «¡y punto!» que enriquecería el estilo y le vendría muy bien al nutrido club de los rayos UVA que milita en el PP. Pero no por eso voy a dejar de reconocer que lo dicho por Rajoy constituye la más importante muestra de autoridad y buen criterio de toda su carrera, y todos estaríamos muy contentos si, usando la misma convicción y lógica, empezase a hacer oposición como Dios manda y en contra de los expertos: «¡Pacta de una vez, Montoro, y déjate de tonterías, que ya cazaremos a Zapatero en otra trampa que no sea la crisis económica!». «¡Prepárame un viaje con Zapatero a Europa, Dolores de Cospedal, para hablar ante nuestros socios sobre España y en nombre de España, y deja los enfrentamientos y ninguneos electorales para los dos últimos años!». «¡Deja de defender tu ley, Feijoo, y defiende las cajas gallegas, que más vale cajas sin ley que ley sin cajas!».

Ahora ya sabemos que Rajoy es un señor de Pontevedra que sabe decir que no, que usa la autoridad si le conviene, y que no quiere llegar a la Moncloa por la cara. Pues ¡a ello, Mariano! Porque también yo creo que habiendo ideas no hacen falta ni bótox ni afeitados.