Estragegias, Marketing y Branding Politico

Los candidatos lanzan la campaña en Facebook pero no asumen la interactividad

El perfil personal da más cercanía pero la página de seguidores no tiene límites  |  Las elecciones no se ganan en las redes sociales, pero hay que estar en ellas.

En las elecciones colombianas, el ecologista Mockus tenía unos 800.000 seguidores en Facebook, por 450.000 de su rival Santos, quien sin embargo casi le triplicó en número de votos. Pero en las primarias del PSOE de Madrid, en un universo pequeño, Tomás Gómez ganó en la realidad y en Facebook a Trinidad Jiménez, quien reconoció su derrota en Twitter, antes de hacerlo ante las cámaras. Las redes sociales son el nuevo escenario de las campañas, como ya se está viendo en Catalunya. Las elecciones no se ganan con un perfil en Facebook, pero ningún candidato se puede permitir el lujo de no tenerlo.

"Esta es la primera campaña catalana en la que los partidos apuestan por estar presentes en las redes sociales", afirma Edgar Rovira, consultor de comunicación política. La carrera a la Casa Blanca de Obama, en el 2008, supuso el gran salto de lo que se conoce como la política 2.0, la basada en la interactividad de internet. Ahora, como apunta Antoni Gutiérrez-Rubí, asesor de comunicación, los políticos catalanes "saben que tienen que estar y competir en las redes sociales, pero lo más relevante es que comprendan que hay una ventana para hacer la política de otra manera, para comunicarla de otra forma". Y ese cambio todavía está pendiente, como se observa en los acartonados mensajes que a menudo dan los candidatos en Facebook o en el uso de esta herramienta como un almacén (poco innovador) de fotos, vídeos y declaraciones.

"No se trata de acumular números, sino de relacionar personas". Esta es la máxima que según Gutiérrez-Rubí debería guiar la comunicación política en las redes sociales. Sin embargo, parece primar la obsesión por la métrica, por el tamaño. Es una carrera condicionada por las normas de Facebook, que establecen un tope de 5.000 amigos para los perfiles personales, los que puede crear cualquier particular. Artur Mas (CiU), Joan Puigcercós (ERC), Alicia Sánchez-Camacho (PP) y Joan Herrera (ICV) han alcanzado el máximo, o está muy cerca, mientras Albert Rivera (Ciutadans) no llega a 4.000.

José Montilla (PSC) escogió un camino distinto, el de la página de seguidores, que los otros candidatos también han creado, para lo que instan a sus amigos a inscribirse en ella. Entre los políticos que intentan entrar en el Parlament destaca Joan Laporta con sus 15.480 seguidores.

La diferencia entre la página y el perfil estriba en que éste permite una relación más directa, pero bajo la limitación de los 5.000 amigos. Esa barrera genera una paradoja en el universo de internet, pues, frente a la horizontalidad, a la igualdad que se le supone a la comunicación on line surge un grupo privilegiado.

"Cuando llegas a 5.000 amigos no puedes proponer amistad a más gente, pero sigues recibiendo las solicitudes que te envían. Como hay bajas y tienes la posibilidad de eliminar a alguien, puedes aceptar alguna petición que te interese especialmente", cuenta José Manuel Baltar, presidente del PP de Ourense, hijo del incombustible barón orensano y pionero en la ciberpolítica. Hace ya tiempo que alcanzó el límite de amigos. Sobre las posibilidades de ganar votos en las redes sociales, considera que "es posible, si das buena imagen, pero también puede ocurrir lo contrario. El candidato se enfrenta desnudo a la ciudadanía".

Quizá esta última sea una opinión un poco exagerada o tal vez por ello los candidatos tratan de prevenir. La utilidad de los amigos y los seguidores en Facebook consiste, como indica Xavier Peytibi, asesor de comunicación, en "hacer llegar el mensaje, difundir actividades y comunicarse con los amigos y seguidores. La interacción permite al político acercarse a los simpatizantes. La mejor presentación de una página de Facebook es que se mueva".

Los especialistas en política en internet hacen distintos vaticinios sobre lo que va a suceder en la campaña catalana, si el principal teatro de operaciones estará en Facebook o si tendrá más importancia otra red social de tirón, como Twitter, el sistema de difusión de los mensajes cortos.

Los expertos en elecciones en general son más escépticos sobre la importancia de las redes sociales, si bien reconocen su creciente protagonismo entre las capas más jóvenes del electorado. "Son una herramienta potente, cómoda y fácil para llegar a la gente, pero no el talismán que lo resuelve", opina Julián Santamaría, presidente de Noxa Consulting. Cree que hay una cierta exageración sobre sus efectos, a partir del ejemplo de Barack Obama, y que en España son más limitados, centrados en un público concreto.

Joan Botella, catedrático de Ciencia Política de la Autònoma, sostiene que la principal función de las redes sociales en la campaña será "mantener la llama encendida" y que su crecimiento de los últimos tiempos se traduce en que nadie puede quedarse fuera. Pero advierte que "en la política electoral los mensajes son necesariamente verticales".

Los usos oscuros
En la campaña gallega del año pasado, personas ligadas a la derecha de Ourense difundieron en la red un correo electrónico con fotos en el que acusaban a uno de los candidatos rivales de ser un maltratador. Es un ejemplo de los usos de la red, para campañas negativas. En los años cuarenta en California, el equipo de Nixon lo hacía por teléfono. Con internet es más fácil.

Otro concepto de la amistad
Como escribe el argentino Juan Faerman en su libro Faceboom, Facebook está modificando el concepto de la amistad y de la palabra amigo, al introducir un significado distinto a los que contiene el diccionario de la Real Academia Española, de los que el más común es el "afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona que nace y se fortalece con el trato". Como señala Faerman "la mayoría de funciones de Facebook se basan en la idea de que hay personas en tu vida con las que quieres mantenerte en contacto. Ya sean amigos, familiares, compañeros, de trabajo o conocidos, una vez establezcas una conexión en Facebook con ellos serán considerados tus amigos".

Trasladado al uso político de esta red social, el amigo sería alguien que está interconectado con el candidato, lo que se traduce en recibir información de sus actividades, poder escribir opiniones en su muro e incluso que el político le felicite con motivo del cumpleaños, gracias a las alertas de esta herramienta informática.

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